Ronaldinho es muy bueno pero...

Quince goles lleva Ronaldinho. Es verdad que seis son de penalti, pero los otros nueve son 'de verdad'. Varios de tiro libre, lo que nos lleva a considerar su valor intimidador. ¿Hasta qué punto su presencia cohíbe a los defensas rivales a arriesgar en entradas cerca del área? Es difícil de medir, pero sin duda influye, y ha de tener algún peso en ese fútbol rápido, ligero y preciosista del Barça. Ronaldinho es un genio, el único genio que nos queda en la Liga española, una vez que la galaxia ha sido desintegrada por los años, por las derrotas y por la Beretta de Capello. Sí, ya sólo nos queda Ronaldinho.

Lo vimos ayer, como tantas otras veces: primero un tiro libre, luego un cabezazo hábil, filtrándose entre una defensa que vigilaba a otros. ¿Quién iba a temer a Ronaldinho como cabeceador en la olla? Pero a los genios hay que temerlos siempre, y Ronaldinho lo es. Por eso también ¡ay! se permite lo que otros no pueden permitirse. Se entrena menos, trasnocha más, alarga las vacaciones, se desentiende de lo que pasa campo atrás, hay largas fases del partido en las que no aparece... Los compañeros tienen que trabajar más para llegar a los espacios que él descuida. Pero él les devuelve el esfuerzo con goles.

Un genio, sí. Piedra angular de este Barça que ha extrañado mucho a Etoo y a Messi, otros dos fenómenos, pero que se ha sostenido con el trabajo de todos y las genialidades de Ronaldinho. Jugadores así dan quebraderos de cabeza, pero también dan soluciones. Crean celos, pero ganan partidos. Es muy posible que la mala reacción de Etoo (su negativa a salir después que Messi) tenga relación con la noche gloriosa de Ronaldinho, una más. La adoración del Camp Nou por Ronaldinho escuece a muchos, pero es inevitable. El espectador no va a los entrenamientos: va a los partidos. Y quiere victorias.

 

Alfredo Relaño/as.com

 

Por eso también ¡ay! se permite lo que otros no pueden permitirse. Se entrena menos, trasnocha más, alarga las vacaciones, se desentiende de lo que pasa campo atrás, hay largas fases del partido en las que no aparece... Los compañeros tienen que trabajar más para llegar a los espacios que él descuida. Como se le iba a pasar por alto algo así...Hay que regalarle el oído pero tambíen dejar bien claro todo...No se valla a pensar que es perfecto...